El día siguiente

Miquel Roca.

Mañana, huelga. Con independencia del seguimiento que consiga alcanzar, lo relevante es que mañana el país se paralizará –en todo o en parte– para manifestar su disconformidad con la política económica del Gobierno. Esta no será una huelga que tenga como origen un conflicto laboral; su causa radica en la contestación a una política que se entiende contraria a los intereses globales del país, más allá de la reforma laboral.

Es o será una huelga política. Lo que se critica es la pretendida sumisión del Gobierno a las directrices del FMI, el acatamiento a las medidas de la Comisión Europea, el excesivo alineamiento –se dice– con las políticas de los gobiernos de nuestro entorno, etcétera. Es una huelga cuyo destinatario final sobrepasa al Gobierno para proyectarse a todo el sistema. Subyace una contestación que pone en cuestión el modelo económico imperante en la UE.

Otras huelgas y manifestaciones en otros países europeos revelan que los eslóganes o los motivos son similares.

¡Con cuidado!

Miquel Roca.

Un día, Sarkozy está aislado en Europa y la comisaria Reding es la gran líder defensora de los derechos de los ciudadanos europeos. A las pocas horas, todos los líderes europeos apoyan a Sarkozy y la comisaria es unánimemente criticada por sus declaraciones desatinadas y fuera de tono. Los informadores son los mismos; nunca rectifican. La posibilidad de reconocer que su información no había sido debidamente contrastada ni se les ocurre. Su compromiso con la información objetiva y veraz ya no existe; la pasión y el apriorismo sustituyen la objetividad.

Así, vamos mal. Para tratar un tema tan serio como el que están planteando a toda Europa, las corrientes migratorias o la aplicación práctica de la libertad de circulación en el ámbito de la UE, se necesitará algo más de serenidad. Y, sobre todo, menos frivolidad. Así lo que se consigue es trabajar a favor de los populistas demagogos que lo único que pretenden es sacar provecho del problema. No quieren solucionarlo; quieren explotarlo en beneficio de oscuros intereses electorales.

Pero lo cierto es que el problema existe, y que no está siendo fácil encauzarlo en términos constructivos. El problema está condicionando la política de países tan integradores como los nórdicos, altera emocionalmente la vida política de Centroeuropa y amenaza con desestabilizar la convivencia de los países del sur de Europa. No será con planteamientos ingenuos o apasionados como va a resolverse; va a ser necesario mucho realismo, mucha cooperación, mucha capacidad de lograr nuevos equilibrios en una sociedad que vive el fenómeno como una amenaza.

Sí, trascendental

Miquel Roca.

Todos los analistas y políticos coinciden en atribuir a las próximas elecciones catalanas un carácter trascendental. Se dice que nos jugamos mucho, que estamos en un momento muy delicado, que deberán tomarse grandes decisiones; en definitiva, que los ciudadanos deben decidir en estas elecciones con una perspectiva que va más allá de los próximos cuatro años.

Económicamente, Catalunya ha de recuperar el tiempo perdido y hacerlo sobre unas nuevas bases. Se tardó demasiado en reconocer la gravedad –e incluso la misma existencia– de la crisis, y esto perjudicó notablemente nuestra capacidad de hacerle frente. Y, ahora, cuando en Europa se detectan síntomas de recuperación, Catalunya debería apuntarse a esta tendencia. Para ello habrá que hacer los ajustes y cambios que no se han querido o no se han sabido hacer hasta la fecha.

Talento y futuro

Miquel Roca Junyent.

Durante el mes de agosto se han sucedido muchas noticias. En su conjunto, preocupantes, inquietantes. Mucha gente ha tenido que disfrutar de sus vacaciones en un entorno de alarmas y dramas; en algunos casos temas próximos y en otros, más lejanos. La globalización también nos acerca a los accidentes más distantes; lo importante –mediáticamente–es el drama, no dónde ocurra. Pero de todas las noticias, la que deberíamos retener como más relevante, de cara al futuro del país, es que ninguna universidad española figura entre las 200 más importantes del mundo.

Hemos ganado el Campeonato Mundial de fútbol, el Tour de France y no sé cuántas cosas más, pero en formación universitaria no destacamos si no es por lo mal que se nos considera. Este partido lo estamos perdiendo. ¡Fatal! España, como Europa, no tiene futuro al margen del talento de las nuevas generaciones. Y la fábrica de este talento es, principalmente, la universidad. Es a esta a la que corresponde formar buenos profesionales, buenos docentes, buenos investigadores. Si estos compiten desde la excelencia tendremos futuro; en caso contrario, estaremos siempre esperando que los turistas salven nuestras cuentas. Y, aún peor, el talento que nos faltará llegará de fuera.

La reforma universitaria no es menos urgente que la laboral;